Vivo escribiendo mi propio guion. Uno que se teje solo, al ritmo de la intuición, el instinto y la mirada cruda sobre lo que somos, buscando un reencuentro con lo propio.
Mi vida es independiente. Me muevo entre el impulso, el movimiento y la quietud, entre la rebeldía y la contemplación. Cuestiono la existencia, la identidad, el tiempo, el movimiento, la luz, el cuerpo, la mirada, lo que se oculta detrás de cada máscara.
Uso la vida como escenario, mi propio universo. Cada acto, cada pieza, es una provocación: un ajá para despertar, mirarnos de frente y respirar de verdad.
La vida es contraste y diversidad: luz y sombra, lo lírico, lo sutil y lo que incomoda.
Vivo escribiendo mi propio guion. Uno que se teje solo, al ritmo de la intuición, el instinto y la mirada cruda sobre lo que somos, buscando un reencuentro con lo propio.
Mi vida es independiente. Me muevo entre el impulso, el movimiento y la quietud, entre la rebeldía y la contemplación. Cuestiono la existencia, la identidad, el tiempo, el movimiento, la luz, el cuerpo, la mirada, lo que se oculta detrás de cada máscara.
Uso la vida como escenario, mi propio universo. Cada acto, cada pieza, es una provocación: un ajá para despertar, mirarnos de frente y respirar de verdad.
La vida es contraste y diversidad: luz y sombra, lo lírico, lo sutil y lo que incomoda.